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En el sector logístico encontramos una gran variedad de maquinaria. Varían por capacidad, prestaciones, tamaño, altura… Pero hoy queremos hablar de otra diferencia importante: el material con el que están fabricadas.

Concretamente, queremos destacar las diferencias entre el hierro y el acero inoxidable y su aplicación en la industria

Uso industrial de hierro y acero inoxidable

El hierro es un metal de la tabla periódica muy abundante en la naturaleza. Es muy difícil encontrar hierro puro. Para obtenerlo se recurre a rocas con altas concentraciones de hierro como la hematita, magnetita, siderita y pirita, con concentraciones mínimas de un 40% en hierro.

En la industria prácticamente no se utiliza el hierro puro. Lo habitual es usar aleaciones hechas con carbono, las llamadas fundiciones de hierro. La ventaja de una fundición de hierro son su punto de fusión relativamente bajo, buena fluidez y resistencia a la deformación y al desgaste.

Por ello, el hierro fundido tiene una amplia gama de aplicaciones. Por ejemplo, en tuberías, máquinas y piezas de la industria de la automoción, como bloques de motores y sus culatas, y cajas de cambio. Es resistente a los daños causados por la oxidación, pero es notoriamente difícil de soldar.

Por su parte, el acero es una aleación de hierro con menor contenido de carbono que el hierro fundido y que con el temple adquiere gran dureza y elasticidad. Si ya hablamos del acero inoxidable, este sería una aleación de acero a la que se añaden proporciones de otros metales como el níquel y el cromo.

Estos materiales unidos consiguen que la resistencia a la corrosión sea extremadamente alta. Algo que hace al acero inoxidable perfecto para sectores como la alimentación, el químico o el sanitario. Estas industrias tienen la obligación de cumplir con requisitos estrictos respecto a la higiene y la salubridad, por lo que no se pueden permitir usar cualquier material.

¿Qué material es mejor para una carretilla?

Estos dos materiales, hierro y acero inoxidable, son fundamentales en las carretillas elevadoras. Pero dependiendo del uso que se les dé a estas máquinas, y sobre todo del lugar, será mejor un material u otro.

Las carretillas elevadoras de hierro son las más habituales, las estándar. Son perfectas para sectores donde se manipulan cargas pesadas. El hierro es un material muy duradero y puede soportar mucho estrés por largo tiempo.

El principal problema es la corrosión que sufre si se utiliza en entornos expuestos al agua, al frío, a la humedad o a agentes corrosivos. Se recomienda el uso de carretillas elevadoras de hierro en almacenes con un ambiente seco.

Como decíamos, el acero inoxidable se llama así está diseñado especialmente para evitar esta corrosión. También resiste bajas temperaturas y es extremadamente fácil de limpiar e higienizar.

Por estas cualidades se fabrican gamas especiales de carretillas de acero inoxidable. Están pensadas para sectores donde se trabaja en ambientes extremos, como zonas ATEX o cámaras frigoríficas. También para aquellos que necesitan además especial higiene, como los sectores farmacéuticos o de restauración.

Se pueden dar, además, circunstancias mixtas. Cuando el entorno de trabajo no requiere un alto nivel de higiene, pero está expuesto a agentes corrosivos como el agua y el frío, en vez de carretillas inox, podemos optar por carretillas galvanizadas o versión de semi-acero inox.

DBK trabaja siempre para ofrecer soluciones a las necesidades más particulares del sector logístico. Entre las marcas con las que trabajamos se encuentra Samag, empresa italiana especializada en carretillas inox que también ofrece las mencionadas carretillas galvanizadas o las carretillas semi-inox.

Si tienes cualquier duda sobre qué carretilla es mejor para tu negocio, no dudes en consultarnos.